Nuestro sacristán,
Paco Suárez Lopetegui

Publicado en el semanario diocesano "La verdad"

Nuestro sacristán,<br>Paco Suárez Lopetegui

Hoy 23 de agosto, fiesta de Santa Rosa de Lima, ha muerto un santo varón, hombre de Dios, amigo de verdad, padre ejemplar, enamorado de María Virgen y Madre, orante ante el espejo del Señor, humilde, trabajador, colaborador de la parroquia desde casi el principio, nuestro sacristán, Paco Suárez Lopetegui. Amante del Rosario, orante en silencio ante el Señor, su mejor regalo, la Santa Misa, la Comunión con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, el que en silencio preparaba con mimo las velas, el altar, el que de camionero rezaba y rezaba por los pecadores, por el mundo y hacía rezar el Rosario a los compañeros, le llamaban el cristiano, el que con su taxi lucho por una condición mejor de los taxistas, el que llevaba a muchos y muchas que no tenían dinero gratis a sus lugares, al que muchos acudían a pedir consejo y escuchar sus palabras de vida, el esposo fiel, padre serio y ejemplar, abuelo cariñoso y... todo desde el Señor y solo desde el Señor; él era un pecador y todo se lo debía a Jesús y a su Madre María. Los dos últimos días de su vida solo rezaba y quería ir a ver al Amigo de su alma.

Podría seguir y seguir y no acabar, porque cuando un amigo con el que has compartido tanto y tanto y bueno y… se va, se te escapa algo de muy dentro del alma: Paco Suárez Lopetegui natural de Yabar. Paco descansa y vive ahora junto a la realidad de tus sueños que tanto hablabas con tu Amigo Jesús: Dios contigo y su madre María. Celebramos su funeral el día de San Bartolomé, patrón de Marcilla, apóstol del Señor, el que dijo de Jesús como luego Paco tantas veces: Tú eres el hijo de Dios, el Mesías. Paco, tú eres la mejor homilía, tu vida llena del amor de Dios y del encanto de María, es la mejor presentación ante el amigo ante el cual hoy estarás y con el celebrarás lo que tanto has anhelado en tu vida: no ver como en un espejo sino la realidad viva de Dios. La parroquia te agradece tu entrega, tu servicio, tu oración y tú ejemplo. Tu familia celebra con pena pero gozosa tu vida y tu muerte para el cielo y Dios. Seguiremos luchando por el Reino de Dios con humildad y alegría, como tú lo hiciste desde Jesús resucitado en el que tenías puesta toda tu confianza. Gracias Señor por este hombre de fe a quien Tú diste todo y todo te lo devolvió. Paco no te olvides desde el cielo de esta tu parroquia, de estos tus curas y sus fieles. Ahora que estás junto a El pídele por las vocaciones sacerdotales, por las que tanto suspirabas, por tu familia y por todos los necesitados de Dios y de su amor. Reza a la Virgen del Rosario del amor y de la verdad. Paco hoy te tocaba confesarte, que Dios te acoja, te perdone, te dé su vida y su amor. Reza por todos nosotros. Descansa en la paz del amigo.

Beatificción de Paco Suarez

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